Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

Tenéis información de los precios aquí:

sábado, 4 de mayo de 2024

Las canciones más alegres

     Hace algún tiempo, escribí aquí dos artículos de asunto musical que reunían canciones bonitas, pero quizás no muy felices: Celos y Las canciones más tristes. Se publicaron seguidos y, sobre todo después de escribir el segundo, me dije que tendría que hacer otro de signo opuesto, porque de lo contrario ibais a pensar que soy un tipo tétrico y sombrío, cosa que no se corresponde con la realidad. Hoy me pongo manos a la obra y empezaré señalando que canciones alegres hay muchísimas, pero que tengan la felicidad como asunto principal o casi ya no son tantas, así que me he visto obligado a ser muy selectivo, con este criterio: mi gusto, por lo cual os pido de antemano disculpas a los que no lo compartáis.

    Si hablamos de alegría y música, es inexcusable empezar con el más alto monumento artístico que las reúne a ambas, el Himno a la Alegría de la Novena sinfonía de Beethoven. Sabéis que es su cuarto movimiento y que la letra es un poema de Friedrich Schiller sobre el que el gran músico alemán estuvo durante muchos años queriendo componer alguna partitura (1). Entremos por tanto al artículo a través de este colosal pórtico:



    El resto de la entrada lo van a integrar seis canciones, tres en español y otras tres en inglés. La primera será otra vez el Himno a la Alegría, pero esta vez en la versión de Miguel Ríos, que, como sabéis, fue un exitazo mundial:



    La siguiente será una que seguramente solo os sonará a los que hayáis soplado sesenta tartas de cumpleaños o más: Es muy fácil, de "Los Mitos":



 Cerraré el capítulo patrio con Es una lata el trabajar, irónica canción de Luis Aguilé de la que os dejo esta versión con la participación al asalto de Fernando Esteso que no tiene desperdicio:



 Pasamos ahora a la parte en inglés. Una de las mejores invitaciones a disfrutar de la vida jamás realizadas es la de los crucificados de "Monty Python" en el final de La vida de Brian, ese descacharrante Always look on the bright side of life, o sea: unos tipos a punto de cascarla enunciado el carpe diem, ¿se puede pedir más?



    Os traigo a continuación una canción muy muy, pero muy, bonita: Wonderful life, interpretada por Black:



    Cerrará el bloque y el artículo Don't worry, be happy, canción de Bobby McFerrin que no hace falta presentar:



    La dejo para el final porque le tengo un especial cariño, pues me ayudó a tener la moral por los cielos en un instituto que parecía especialmente pensado para que los que vivimos nuestra vida sin amargársela a los demás la padeciéramos en castigo perpetuo, y hablo de profesores, alumnos e incluso personal auxiliar. Resultó que, durante uno de los periodos de lucha más dura en aquel centro escolar que algunos se empeñaban en convertir en un antro, cierto programa radiofónico matinal emitía casi a diario esta canción y yo tenía la suerte de oírla cuando me dirigía hacia allá, así que, cuando llegaba al instituto, entraba igual que Popeye después de haberse zampado tres latas de espinacas. Un día, hablando con unos chicos de cuarto, ellos defendían que era de Bob Marley, y fue así como me enteré de que el rey del reggae le había hecho una versión. Y ellos, de quién era su verdadero autor, claro.


1.- Os dejo un par de enlaces con información más amplia sobre esta interesante historia, uno extraído de "La Razón" y otro, más extenso, de la página "Cultura Genial". 

lunes, 29 de abril de 2024

En manos de un megalómano peligroso

     Quédense con estas palabras: "Esta decisión no es un punto seguido, sino un punto y aparte, se lo garantizo". Se las acabo de oír a Pedro Sánchez en ese vergonzoso guiñol en directo que nos ha asestado a todos los españoles, con el que ha puesto final a la fantasía surrealista que desató él mismo con su carta del pasado miércoles. La decisión, por supuesto, es la de seguir en el gobierno. Quienes sabemos que de este personaje solo se puede esperar lo peor, la vimos como lo que era: una mentira más, bajo la forma, en este caso, de una exigencia de impunidad escondida bajo el disfraz del corazón herido de un hombre que sufre al ver atacada ¡injustamente y por los enemigos más oscuros! a la persona amada. Fue esa carta un derroche de falsedad, cinismo y sentimentalismo barato que habría avergonzado a cualquier hombre que tuviera vergüenza, pero ya sabemos que no es el caso. 

    Ese esperpento del mensaje herido, sufriente y atribulado, eviado a la sociedad, dejaba la insinuación de que su firmante, tras el no menos esperpéntico plazo de reflexión que se autoconcedía, pudiera abandonar la presidencia del Gobierno, cosa que a quienes no nos dejamos embaucar por él solo nos sirvió para carcajearnos. ¿Dimitir Pedro Sánchez? ¿Dejar el poder, el Falcon y la ostentación? ¡Qué risa! Pero, lógicamente, salvando ese paréntesis de cuatro días en los que sus seguidores -muy particularmente, los ministros, los altos cargos socialistas y esas autodenominadas élites culturales (1)- han dejado un bochornoso espectáculo de sumisión y carencia de sentido del ridículo, quedaba por ver el desenlace,  del que ninguna representación puede carecer, por bufa que sea.

    Y ese desenlace anunciado ha sido esta comparecencia, que no me cabe duda de que será histórica:



    Sorprende que Sánchez comience dándonos las buenas tardes: o no sabe ni en qué hora vive o tenía pensado hablar por la tarde y luego se le ha olvidado cambiar el encabezamiento. Quizás no sea un detalle tan trivial, porque desvelaría hasta qué punto esto ha sido un montaje que ya tenía el final decidido desde que se dio a conocer el principio, o sea, la carta lacrimosa. ¿Qué cara habrá puesto el rey cuando se le ha presentado con esta "sorprendente" decisión? Me hubiera gustado ver la escena. Y, en lo tocante al montaje, esta vez se le ha ido la mano al presidente con los efectos de escenificación, porque esos asomos de que se le iban a saltar las lágrimas que ha simulado le han quedado patéticos, salvo, quizás, para Pedro Almodóvar.

    No voy a dedicarle mucho al contenido de su mensaje, muy inquietante, pues cabalga a medias entre las autojustificaciones grotescas y las amenazas temibles y mal veladas. Saco lo esencial: que Sánchez se queda, que pretende hacernos creer que investigar la más que probable corrupción de su  entorno es atacar a la democracia (porque la democracia es él), que está dispuesto a acabar con el fango (lo hará a su manera, claro, un suicida no es), que incita a la ciudadanía a movilizarse contra los que no se arrodillen ante él  y esas "garantías" que señalo al comienzo, garantías de que nos va crujir.

    Amenazas, mentiras y un llamamiento populista a la revolución: temibleEste señor se ha creído en serio que es el amo (2). España lleva años metida en un golpe de Estado a fuego lento, sustentado en la ofensiva separatista y el mandato de Sánchez completo, y esta farsa de la carta, el amor, el retiro de reflexión y el comunicado de hoy es un capítulo más, y me temo que no insustancial. Los tiempos no son buenos, pero vienen peores.


1.- Dejaré aparte los desparrames múltiples que hemos podido ver, entre los que destaca el del PSOE en Ferraz del pasado sábado, con María Jesús Montero desmelenada, y me iré directamente al manifiesto firmado por los periodistas del régimen franco-sanchista, un texto de una pobreza conceptual y formal lacerante, que deja una imagen muy triste de la profesión y, en consecuencia, de lo arrastrado que es el momento informativo y cultural que atravesamos. Aquí enlazo el manifiesto para quien quiera comprobarlo con sus propios ojos.

2. Óscar Puente, uno de sus más feroces acólitos lo afirma de manera rotunda. Puente es hoy ministro del Gobierno de España. 

jueves, 25 de abril de 2024

The letter

     ¿Recuerdan ustedes The letter, aquella extraordinaria canción de The Box Tops de la que hizo una versión muy suya Joe Cocker? Probablemente estén pensando que este es otro de los artículos nostálgico-musicales que con cierta frecuencia se marca el guachimán, pero no es el caso, aunque ahí les quedan esas dos estupendas actuciones de los enlaces. Sabrán quizás que ayer el presidente del Gobierno, don Pedro Sánchez, nos remitió a todos los españoles una carta, y la lio buena. De entrada, el sol del que habíamos disfrutado estos días se ha oscurecido, así que las temperaturas han bajado tanto que ahora mismo estoy escribiendo envuelto en una manta; amenaza lluvia, o tal vez una nevada como la Filomena; el mundo está en ascuas (sobre todo, el socialista, y más, el agraciado con carguetes; de los separatistas que ven sus sueños en peligro, mejor ni hablo); una incertidumbre lacerante se ha adueñado de nosotros y todos clamamos: ¡¿Qué vas a hacer, Pedro?! Pues bien, aquí es donde entra The letter. Les supongo al corriente de que Pedro Sánchez domina el inglés hasta tal punto que hace amarillear de envidia, qué sé yo, a Julian Barnes, a la encantadora señora Rowling o al mismísimo Charles the Third, así que sabe perfectamente que "letter" significa "carta", y por aquí es por donde ha aflorado el descubrimiento del guachimán: nuestro presidente ha elegido esa vieja canción para revelarnos la clave del arcano oculto en su carta, o sea, en su letter. En concreto, el mensaje cifrado está en los cuatro primeros versos, que les dejaré aquí traducidos, porque, después de haber visto bastantes cortes televisivos de Sánchez, yo mismo he alcanzado un nivel de inglés algo más que decente:

Inglés

Español

Gimme a ticket for an aeroplane,

Ain´t got time to take a fast train.

Lonely days are gone, I’m a-goin’ home:

My baby, just a wrote me a letter.

Deme un billete de avión,

no hay tiempo para un tren rápido.

Adiós, soledad, vuelvo para casa:

mi chica me ha escrito una carta.

    ¿Hay alguna rendija para la duda? PEDRO SÁNCHEZ SE VA, esto es lo que nos está anunciando y lo que el guachimán revela en esta exclusiva. Bastaría un vistazo a mi presentación bilingüe para tenerlo todo muy claro, pero, aun así, voy a permitirne una somera exégesis. Todo parte, naturalmente, de lo señalado en negrita en el tercer verso, en el que, de forma inequívoca, Sánchez nos comunica su voluntad: Vuelvo para casa. Ya, ya, "amigos" de los sectores sanchista y pesimista, que tan a menudo y tan sospechosamente coincidís, ya veo vuestras sonrisas curvas y afiladas como alfanjes: para Sánchez, decir "casa" es como decir "La Moncloa", así que, de abandono, nada: PEDRO SÁNCHEZ SE QUEDA. Siento poneros un cerapio un análisis textual, "queridos", porque esa torpe interpretación vuestra la refuta de modo implacable el verso primero, donde él mismo pide un billete de avión: si se quedase en el cargo, ¿para qué demonios iba a quererlo, si ya tiene su amado Falcon? Sánchez se ve a sí mismo tan fuera del cargo que ya se proyecta viajando en aviones normales, y pagándose de su bolsillo el billete (en inglés, "ticket"); más aún: esto lo confirma el verso segundo, donde desecha por ser muy lenta la opción de un tren rápido, algo que cae dentro de lo posible en su nueva vida, pero que habría sido impensable en la que abandona. Es, lógicamente, la falta de costumbre: resulta comprensible que, después de seis años de aviones y helicópteros, a nuestro presidente los trenes relampagueantes como el Talgo, el Alvia o el AVE le recuerden a las tortugas.

    ¿Y por qué se va? ¿Por qué te vas, Pedro (1)? Todos lo sabemos, pues se explicita en su letter y en The letter: ¡POR AMOR! Si alguien tenía dudas y no se las despeja el último de los cuatro versos que transcribo y traduzco, es que es muy duro de mollera. No han sido la derecha y la ultraderecha; no han sido los (inventados) asuntos de corrupción; no han sido los (inexistentes) chanchullos de Begoña Gómez, que él desmiente en su letter como burdas calumnias; no ha sido su gestión, que, como él mismo nos recuerda en la letter, ha sido un modelo de eficacia, progreso, progresismo, justicia social, avance económico, concordia, estabilidad política...: ha sido la llamada del AMOR, esa fuerza imparable. Para un modelo de honradez, patriotismo, virtud, limpieza, transparecia, equilibrio y cordura como Pedro Sánchez (lea su letter quien no lo vea así), los ladridos de los canes rabiosos de la derecha, el franquismo, el fascismo y la ultraderecha son como dulces trinos de gorriones, jilgueros y ruiseñores, porque nada pueden contra él. Otra cosa es el AMOR: a él, de su recto camino de gestión gubernamental, solo puede apartarlo la fuerza benéfica e invencible del AMOR.

    Ha hecho falta que llegase este momento para que nos diéramos cuenta: lo que ha habido entre Pedro Sánchez y España (y los españoles) es una apasionada historia de AMOR, porque él es un hombre muy amoroso. Qué duda cabe de que, a partir del lunes, empezará su andadura por la posteridad, y ya sabemos cómo pasará a ella, eso que tanto le preocupa: Pedro Sánchez pasará a la historia como el presidente del AMOR.


1. No resisto la tentación de dejaros otra joyita musical: Porque te vas. Quizás os parezca que hay vídeos mejores de Jeanette interpretando esta monumental canción, pero selecciono este por una de mis manías: elegir las versiones más originales. Sin yo proponérmelo, he encontrado además otro aliciente. Si os fijáis en la pequeña entrevista que Pepe Domingo Castaño le hace a la cantante para introducir la actuación, le desliza una malévola pregunta acerca de quién se lleva más dinero por el exitazo de Porque te vas, en la cual menciona, aunque sin nombrarlo, al autor, que, como ya sabéis, fue José Luis Perales. En una época como aquel lejano 1976, donde todos éramos tan idealistas que parecía que el dinero daba asco, ¿fue esto una puñaladita tal vez envidiosa del señor Castaño? En aquel año, él colocó en las listas su promocionadísima Neniña, con la que debió de pillar algo más que doscientas de las antiguas pesetas, así que lo de la envidia no es para que me crucifiquéis por malpensado, porque, para PPD,  Perales debió de ser un competidor.

lunes, 8 de abril de 2024

El negocio de la discriminación positiva

     El Diccionario Panhispánico del Español Jurídico ofrece la siguiente definición de la discriminación positiva: "Política o programa que proporciona acceso preferencial a la educación, al empleo a la atención sanitaria, o al bienestar social a personas de un grupo minoritario que tradicionalmente ha sido objeto de discriminación, con el objetivo de crear una sociedad más igualitaria". Aunque en sus planteamientos parece una idea bondadosa o todo lo más inocua, debo decir que, en líneas generales y viendo ya desde hace mucho la abusiva aplicación que se hace de ella, está claro que los resultados prácticos a los que hemos llegado están siendo cada vez más perjudiciales, en un sentido muy claro: esa discriminación positiva que favorece a sus beneficiarios se convierte demasiadas veces en descarado privilegio e incluso en discriminación negativa para posibles competidores en la obtención del bien al que se aspira. Antes de pasar a explicarme mediante ejemplos concretos, quiero señalar algo que parece obvio, pero que puede no serlo: que no debemos confundir discriminación positiva con ayuda. Un ejemplo de la primera sería uno que ha dado mucho que hablar: el ofrecer en una oposición condiciones mejores a las mujeres que a los hombres, mientras que un ejemplo de la segunda sería el dar a las madres solteras subsidios económicos para que puedan afrontar sus gastos de forma más desahogada. No tengo nada contra lo segundo, pero sí bastante contra lo primero, y no soy el único, ni mucho menos. Ha de ser muy equilibrado y justificado el planteamiento de esta medida para no convertirla en una fuente de privilegios y agravios, y eso no es tarea fácil.

    Con todo, existe un motivo que me parece aún más poderoso para rechazarla y es que ciertas organizaciones políticas -mayoritariamente, de esa ensalada mixta llamada progresismo- la han secuestrado para beneficiarse de ella, mediante el recurso de crear falsas discriminaciones o exagerar las existentes (y a menudo discutibles) para presentarse luego como los celosos paladines de los derechos de los grupos discriminados, y así ganarse su amor, su apoyo y sus votos, ¡qué chulísimos son los progres! Vamos a comprobarlo con algunos ejemplos recientes. 

    1. Yolanda Díaz y los colectivos LGTBI. Cuando era solo ministra de Trabajo, Yolanda Díaz ya proyectó favorecer en su Ley de Empleo a los mencionados colectivos en la tarea a menudo ardua de salir del paro. Ahora que es vicepresidenta, ya ha consumado el abusivo disparate. ¿Que cara se le quedaría a usted si supiera que ese puesto al que opta se lo puede birlar un candidato menos cualificado por el solo hecho de ser homosexual, y no como usted, que es un señor que tiene el reprobable incivismo de sentirse atraído por las mujeres? No me lo cuente, no es necesario. Y lo mismo le digo a usted, señora a la que le gustan los hombres. Como alegan los funcionarios del SEPE, la adjudicación de empleos tiene que dirigirse a todos por igual y guiarse por criterios de idoneidad, capacidad y mérito, pero para Yolanda Díaz su cacicada demagógica e injusta es un avance social, así se gobierna hoy en España.

    2. Los transexuales y la izquierda. Y es que los colectivos LGTBI en general y los transexuales en particular gozan de una predilección tan desaforada como injusta por parte de nuestros gobernantes, en general de izquierdas, aunque luego la derecha también cae en este vicio, como delata la ley trans que en su día implantó en Madrid Cristina Cifuentes y que Díaz Ayuso se resiste a atemperar (o mejor aún: a derogar, pues no existen razones que justifiquen de verdad las leyes trans). Acerca de ello he escrito mucho aquí, porque estoy muy sensibilizado con este problema por lo que afecta a la educación, en la que las agresivas organizaciones de este signo han emprendido una decidida invasión, respaldadas por leyes abominables, vergonzosas. Esas delirantes leyes perpetradas por la izquierda en muchos países (entre ellos, España) han servido para indecencias como estas: desterrar la objetividad física, al permitir que cualquier persona pueda postergar su sexo anatómico REAL en beneficio de la fantasía de autodefinirse a su capricho bajo esa invención del género, es decir, introducir la irracionalidad y la subjetividad en la formulación de las leyes, que deben ser generales; perjudicar gravemente a las mujeres en beneficio de hombres -muchos de ellos, tipos abyectos- que se apuntan al "género" femenino por pura conveniencia; perseguir legalmente a quien se atreva a decir la verdad llamando hombres a hombres que lo son por su anatomía aunque vayan por la vida pretediendo que se les llame mujeres; servir de refugio y provechoso instrumento a gentuza de la peor calaña, como pederastas, violadores e incluso violadores asesinos que han sacado ventaja de fraudulentos cambios de "género" (1). Quienes hayan colaborado en el grado que sea en la construcción de este colosal desastre merecen una rotunda condena, y no hablo solo del plano moral. 

     3. La izquierda podémica y el racismo. Hasta el pasado 23 de julio, el caudaloso manantial de perversiones llamado Podemos tuvo mucho eco mediático y considerable poder político (lo cual es mucho peor, ahí están la ley trans, la ley sisí y algún que otro desastre más para demostrarlo), pero hoy su visibilidad e influencia han decaído enormemente, aunque nos han dejado a doña Yolanda Díaz para remediarlo. Esta formación, que es wokismo pinchado en vena, ha hecho de la explotación de las "discriminaciones" una floreciente industria. Hace no mucho, tuvimos ocasión de disfrutar de un sonoro trompazo, cuando denunciaron la horrible agresión de dos policías del neocapitalismo fascista a unos inocentes hombres negros en Lavapiés. Lo captó alguna de sus terminales móvil-en-mano y rápidamente lo difundieron sus medios afines. Os dejo un vídeo tomado de "El Periódico"; quería poneros el de "La Sexta", que fue donde yo lo vi por primera vez, pero... ¡ha desaparecido de internet, ay qué cucos son estos chicos! Unas horas después, y por iniciativa de algunos ciudadanos que vieron con escándalo esta manipulación y se fueron indignados a una comisaría a denunciar los hechos, se supieron las verdaderas razones de la "abominable" actuación policial contra los pobrecitos subsaharianos: intento de pagar con una tarjeta de la que desconocían el pin, amenazas e insultos contra una cajera, resistencia a la autoridad...: ¡pobres podemitas, se les escapó un espantoso abuso racista que denunciar!

    ¿Se les escaparon los negros? No hay problema, siempre les quedarán los gitanos, minorías racializadas y discriminadas no faltan. Según esta formación, España está aquejada de un lacerante racismo estructural, por lo cual hace no mucho presentó en el congreso una proposición no de ley que aboga por la inclusión, en todos los cursos del currículo escolar, del estudio del holocausto gitano y del racismo mediterráneo. Lo primero es un asunto gravísimo, pero de ningún modo tendría en nuestros programas educativos el encaje que Podemos pretende darle y lo segundo no se sabe qué es, directamente. La propuesta tiene muchas más pretensiones, una de ellas, el establecimiento de una cuota racial en las empresas. Lo dicho: el estado fascista español flagela a las razas oprimidas, de ahí la necesidad de que Podemos exija medidas de discriminación positiva que las protejan: la creación de supuestas injusticias para explotarlas como negocio, una de las especialidades de Podemos. 

    A esta suculenta ubre se agarran otras organizaciones progresistas, entre las cuales está SOS racismo, que también asegura que en el Estado español (estos tienen un fuerte sesgo separatista, lo que hace aún más lamentable su cinismo, ya que sus finas antenas no parecen captar la xenofobia reinante en Cataluña y la comunidad vasca, defendida explícitamente desde gobiernos regionales y partidos nacionalistas)  existe un montón de racismo, pero ahí están ellos para combatirlo. Voy a terminar este artículo con una curiosa iniciativa de esta abnegada ONG: exigir a la RAE que cambie su definición de racismo. Esta es la que ellos proponen que figure en el DRAE, y no en cualquier lugar, sino en el primero:

    Sistema de opresión histórico e ideológico que motiva la discriminación o persecución de otro u otros, y que alienta la subordinación mediante la idea de que las diferencias raciales -etnia, color, lengua, cultura y religión-, producen una superioridad inherente a una raza en particular: la blanca.

    Para quienes no estén interesados en la batalla cultural, este asunto será una trivialidad, cosa que ciertamente es desde el punto de vista del alcance, porque la RAE no es ni de lejos tan estúpida como para tragarse este sapo, pero, desde el punto de vista de la intención, es dinamita pura. En solo tres líneas, tenemos la formulación de dos de las pretensiones más aberrantes y malintencionadas del wokismo en su afán por cargarse la credibilidad de las democracias occidentales. La primera, eso del final: el cuento de que solo pueden ser racistas los blancos, porque el sobredimensionamiento del racismo está destinado, aparte de a crear una fuente de negocio político-económico para quienes lo explotan, a generar un debilitamiento moral en las sociedades contra las que se dirige, fomentando en este caso el sentimiento de culpa, que está formulado casi como un pecado original, ya que el que es blanco (y racista) lo es por nacimiento. La segunda es ese curioso concepto de raza que incluye extremos como la lengua, la cultura y la religión: ¿desde cuando esos rasgos son raciales? Naturalmente que no lo son, pero que nadie piense que están embutidos en esta definición por ignorancia, porque están puestos ahí por interés, beligerancia y cálculo. Suponga usted que es, por ejemplo, sueco de pura cepa. Ya sabe que por ser rubio, blanco y con los ojos azules (muchos suecos lo son), está usted en el único segmento verdaderamente racial que podrá ser acusado de racista en su país: cualquiera de otra etnia se lo podrá achacar a usted, pero no al revés. Suponga que es usted español y cristiano (muchos aquí lo son): esta socorrida definición de racismo que se ha sacado de la manga esta ONG está pensada para que, por ejemplo, puedan, si se tercia, acusarle a usted de ello un musulmán o un budista, pero, créame, no lo está en absoluto para que usted se lo pueda llamar a ellos. Su lengua española le convierte a usted también en potencial racista ante uno que hable francés, inglés, chino, urdu, hindi, árabe, suajili... ¡Y lo bueno es que también le podrán llamar a usted racista esos hablantes del vasco o del catalán que están prohibiendo el español en España!

    Así está el patio. Usted, si es blanco, es racista de nacimiento, pero ándese con ojo, porque también lo puede ser por hablar español, ser cristiano o defender la cultura... ¿hispánica, por ejemplo? Y para proteger de sus abusos a las minorías racializadas, están samaritanos como Yolanda Díaz, los de Podemos o SOS racismo, que, entre otros instrumentos para tan encomiable tarea, disponen de la discriminación positiva. Para entender lo útil que les resulta a algunos este camelo, basta con  recordar un detalle: las dos supuestas víctimas de la violencia policial de Lavapiés acusaron de racista a la cajera a la que hostigaban porque no quería aceptarles esa tarjeta de la que ni se sabían el pin, o sea, explotaron el sentimiento de culpa sembrado por el wokismo.

    Gran negocio este de las minorias discriminadas que necesitan protección.


1. Son millares los incidentes producidos en todo el mundo por los más beligerantes de estos "hombres" o por las organizaciones trans, que no vacilan en llevar ante los tribunales a quienes osen ponerles el pronombre que les corresponde, aunque no les guste. Causa satisfacción saber que hay muchos valientes que les plantan cara, a menudo, pagando un alto precio. Citaré hoy a dos escritoras: la española Lucía Echevarría (aquí tenéis un interesante artículo suyo) y la escocesa J. K. Rowling, de quien han salido estos días gratificantes artículos sobre su implicación en la guerra contra la manada transexual (Que me detengan). Si os es posible, leed este reportaje de "El Mundo", donde se habla de su fundación para acoger a mujeres maltratadas y aparece una galería de santos varones a los que ella denuncia por sus delitos y las leyes protegen porque son legalmente delicadas mujercitas.

   

jueves, 14 de marzo de 2024

Una hipótesis sobre el pucherazo en Madrid y Andalucía

  En mi anterior artículo, desarrollé una serie de consideraciones generales acerca de mi convicción de que en las elecciones del 23 de julio de 2023 se produjo un pucherazo a favor del PSOE, que se basaban en la, más que anómala, supermilagrosa trayectoria de caída y ascenso (como en las películas de boxeadores) que experimentó ese partido entre las eleciones de noviembre de 2019 y las ya mencionadas de julio de 2023. En este de hoy, voy a presentar un supuesto o hipótesis destinado a demostrar tres cosas: la inverosimilitud de esa trayectoria, lo muy poquito que habría hecho falta para amañar un resultado fraudulento en las elecciones que diese una ayudita al PSOE y permitiese la reedición de Frankenstein y, por último, que el fantástico salto electoral del PSOE en julio de 2023 daba votos y escaños que superaban con creces los necesarios para esa retención del poder que yo creo que se alcanzó mediante un falseamiento del verdadero veredicto de las urnas, con lo que ese poquito del que hablaba antes gozó de condiciones para quedar muy enmascarado. El supuesto se basará en un análisis de los resultados electorales de noviembre de 2019, mayo de 2023 (o junio de 2022) y julio de 2023 en las comunidades de Madrid y Andalucía (1).

    En Madrid, el voto válido (es decir, el compuesto por la suma de los votos a las candidaturas y el voto en blanco) alcanzó la cifra de 3.564.144 papeletas, mientras que en Andalucía fueron 3.686.377. La hipótesis de la que parto es que el pucherazo lo dio el PSOE apropiándose de votos por correo que, para que esto tuviera sentido y efecto, hubieran debido ir a los partidos que eran sus verdaderos rivales, esos con los que el PSOE tenía una necesidad vital de distanciarse al máximo, es decir, PP y Vox, por lo cual, voy dejar aquí unas tablitas con los votos de estas formaciones y algunos datos que se generan en ellos. 

Madrid

 

PSOE

PP

VOX

PP+Vox

Diferencia PP+Vox

vs. PSOE

Generales 2019

957.401

28’86%

10 escaños

887.474

24’9%

10 escaños

653.476

18’33%

7 escaños

1.540.950

43’23%

17 escaños

583.549

7 escaños

Autonómicas

2023

614.296

16’8%

27 escaños

1.599.186

47’32%

70 escaños

248.379

7’35%

11 escaños

1.847.565

54’67%

81 escaños

1.233.269

54 escaños

Generales 2023

993.870

27’88%

11 escaños

1.443.881

40’51%

15 escaños

499.733

14’02%

5 escaños

1.943.614

54’53%

20 escaños

949.744

9 escaños

Hipótesis generales 2023

598.776

16’8%

7 escaños

?

?


≥1.943.614

Entre 20 y 24 escaños

≥949.744

Entre 13 y 17 escaños

Andalucía

 

PSOE

PP

VOX

PP+Vox

Diferencia PP+Vox

vs. PSOE

Generales 2019

1.425.126

33’36%

25 escaños

877.202

20’53%

15 escaños

869.909

20’36%

12 escaños

1.747.111

40’89%

27 escaños

321.985

2 escaños

Autonómicas

2022

888.325

24’1%

30 escaños

1.589.272

43’11%

58 escaños

496.618

13’47%

14 escaños

2.085.890

56’58%

72 escaños

1.197.565

42 escaños

Generales 2023

1.459.264

33’48%

21 escaños

1.588.179

36’44%

25 escaños

668.279

15’33%

9 escaños

2.256.458

51’77%

34 escaños

797.194

13 escaños

Hipótesis generales 2023

888.417

24’1%

13 escaños

?

?

≥ 2.256.458

Entre 34 y 42 escaños

≥797.194

Entre 21 y 29 escaños

    Si miramos las tablas, se comprueba en ambas algo ya repetido y que es el origen de mi sospecha de que hubo alguna trampa en las elecciones de julio de 2023: que, mientras que en los registros de PP y Vox hay una coherencia de los resultados de esa elección con las de los comicios anteriores y con lo esperable por la acogida de la ciudadanía hacia esas formaciones, en los del PSOE, por el contrario, aparece ese gran salto en votos que, además de por su desmesura tan chocante, resulta muy sospechoso por el escaso margen que ha tenido para producirse y, sobre todo, por la incoherencia política, pues, como la experiencia demuestra, un subidón así solo es posible para los partidos que vienen arrollando por la ilusión y credibilidad que generan, es decir, por lo diametralmente opuesto a lo que inspiraba en julio de 2023 y sigue inspirando hoy el PSOE. Por eso, no me creo ese ascenso en los porcentajes de voto que presenta entre las dos últimas convocatorias en Andalucía (un 9'38%) y en Madrid (un 11'08%). Como al compararlos con los del PP y Vox aparecen estos más equilibrados y explicables, he hecho este experimento, cuyo resultado se refleja en la última línea de cada tabla: comprobar qué habría pasado en julio de 2023 si el PSOE hubiese repetido los porcentajes de voto de las precedentes elecciones, las autonómicas. Sería un 24'1% en Andalucía y un 16'8% en Madrid, y he de advertir que, al hacerlo, adjudico a este partido un crecimiento casi igual o incluso más favorable que el obtenido en ambas comunidades por la suma PP+Vox, con lo que el resultado que se le aplica en la simulación, aun reduciendo los porcentajes que realmente obtuvo, es ventajoso para el PSOE. 

    Con lo dicho en el párrafo anterior y lo visto en las tablas, aparte de quedar planteado el jueguecito que me he inventado, queda además cumplido el primer objetivo que formulé al principio: demostrar la inverosimilitud de la trayectoria electoral del PSOE en esas tres citas o, más bien, confirmarla con datos nuevos y más precisos que los que manejé en el anterior artículo. Quiero, de todos modos, añadir un último apunte que remacharía la increíble desmesura de los resultados del PSOE. Entre junio de 2022 y julio de 2023, en Andalucía tuvo un ascenso de 570.939 votos, es decir, un 64'27% de lo obtenido en la primera de esas citas. Si nos fijamos en Madrid, la subida fue de 379.574 votos, o sea, que en solo dos meses obtuvo una mejora del 61'79%: ¿qué es más difícil, creer en el pucherazo o tragarse estos registros?

    Para el segundo objetivo, señalar lo poquito que le hubiera hecho falta al PSOE para sacar un gran provecho de un fraude electoral en julio de 2023, voy a limitarme a invitaros a hacer una reflexión que seguramente ya muchos de vosotros os habréis hecho. Volvamos a los resultados de toda España y recordemos los de las formaciones que nos interesan, basta esta vez con hacerlo en escaños. El PSOE obtuvo 121, el PP, 137 y Vox, 33. Supongamos por un momento que en realidad, en este resultado, cinco de los escaños del PSOE hubiesen sido rapiñados pucherilmente a sus dos adversarios. Esto, que no parece a simple vista uno de aquellos expolios del caciquismo decimonónico, habría tenido sin embargo un efecto demoledor, porque pensemos que, de no haberse producido, el PSOE se habría quedado con 116 diputados y, por tanto, la suma PP+Vox habría pasado de sus deprimentes 170 escaños de hoy a 175, que hubieran significado la pifia de la operación Frankenstein, pues recordemos que sin duda se les habría unido el voto de UPN, que hubiera sido el 176, con lo que todo este putrefacto guiñol que estamos padeciendo desde hace casi ocho meses se habría quedado sin montar. 

    Ya sé que la realidad ha sido muy distinta, pero estoy hablando de otra cosa: mi convicción de que en julio de 2023 hubo un pucherazo, que se basa en los datos que llevamos vistos en este artículo y en el anterior y en que, a la vista de su trayectoria, de sus aliados, de los planes de Frankenstein 2 y del pozo apestoso de corrupción que se está destapando estos días, yo creo a Pedro Sánchez muy capaz de haber dado ese pucherazo. Me lo imagino en la noche del 28 al 29 de mayo de 2023, desolado por el descalabro y aterrado por la seria amenaza de ser desalojado del gobierno. Él mismo ha desvelado en alguna ocasión que esa noche pasó largas horas deliberando con sus colaboradores más directos acerca de la fecha en que se debían convocar las generales, y que fue él quien tomó la decisión de que fuera el 23 de julio, y hasta ha explicado las razones, pero me temo que no ha dicho la verdad, porque estoy demasiado acostumbrado a verle mentir. ¿Creéis probable que en algún momento acariciase la idea de hacer trampas, de buscarse algún medio ilícito para asegurarse la victoria? Yo no lo creo probable, lo creo seguro, y no porque sea un tipo suspicaz, que no lo soy, sino por motivos muy fundados y de dominio público, explicados aquí y aquí. Y, a fin de cuentas, estamos hablando del falso doctor que indultó a unos golpistas y quiere amnistiar a otros con el propósito de conservar el poder a un precio tan abyecto, una persona que ya ha dado múltiples y poderosas muestras de su nula credibilidad.

    Sucede además que el saqueo pudo ser de bastante más que cinco escaños. Si en las generales de julio de 2023 en Andalucía y Madrid el PSOE se hubiese quedado en unos números y porcentajes iguales a los de las precedentes autonómicas (que hubieran sido no ya razonables, sino incluso muy elevados para su trayectoria), su distancia con PP+Vox habría sido tan abismal que habría sufrido un derrumbe electoral de proporciones apocalípticas, es decir, eso que lleva cinco años ganándose. Con el resultado real, la diferencia en Andalucía fue de 13 escaños, pero con el del modelo, hubiera oscilado entre los 21 y los 29, mientras que en Madrid se habría pasado de los 9 reales a un mínimo de 13 y un máximo de 17 (2). Traducido: entre estas dos comunidades aportaron el 23 de julio al PP y Vox una ventaja de 22 escaños, pero, con unos resultados realistas e incluso generosos para el PSOE, aunque menos milagrosos e increíbles que los que yo impugno, la diferencia habría oscilado entre los 34 y los 46 escaños, o sea, que habrían sumado entre 182 y 196 diputados: adiós a Sánchez y sus risotadas en el Congreso para escarnecer a un rival, adiós a Frankenstein 2, adiós al triste espectáculo de la impresentable y algo más que sospechosa Francina Armengol tomándole juramento a Leonor, adiós a la amnistía para Puigdemont y sus hordas.

    Todo lo expuesto hasta aquí es una elucubración, aunque inspirada en indicios reales. Quienes crean en Pedro Sánchez, su gobierno y el PSOE pensarán sin duda que es una pérdida de tiempo o incluso un disparate, pero, con quienes hayan perdido esa confianza, podrán darse dos casos: habrá algunos que, aun con todo, tal vez entenderán que ni hubo ni fue siquiera posible un pucherazo en julio de 2023, y quizás piensen de igual modo que este artículo es un disparate (o quizás no), pero me consta que también hay quienes creen que sí que lo hubo, y no son cuatro conspiranoicos desperdigados, y a estos seguramente lo que planteo aquí no les parecerá ninguna tontería. 

    En este artículo y el anterior he explicado algunas de las razones que hacen sostenible la sospecha de pucherazo, pero para cualquiera, incluso para quienes la compartan, el siguiente paso a que empujaría la lógica sería formular esta pregunta: ¿y cómo se hizo? Esta es la gran incógnita, no solo porque representa el formidable escollo que dificultaría enormemente que un proyecto de pucherazo se convirtiese en realidad, sino además porque, para quien se pusiera a la faena, supongo que habría múltiples formas de llevarla a cabo. Mi opinión es que en este caso se hizo a través del voto por correo, por razones que ya han quedado expuestas en otros artículos, pero reconozco que podría haber diversos conductos y, dentro de estos, múltiples formas de proceder. A elucubrar sobre esto no me atrevo, ya que sería una tarea excesiva. 

1. Para este jueguecito que me he inventado, basta -y hasta sobra- con dos comunidades. Descarto Cataluña porque ahí no hubo autonómicas en 2023 y me he decidido por Andalucía y Madrid porque son las que recibieron más voto por correo y las que presentan resultados más abismales en la estrambótica trayectoria electoral del PSOE a lo largo de esas tres convocatorias. Los datos de resultados los saco de las siguientes fuentes:

-Para las generales de 2019 y 2023, tanto para Andalucía como para Madrid: El Mundo.

-Para las autonómicas de Madrid de 2023: Asamblea de Madrid.

-Para las autonómicas de Andalucía, que se celebraron en junio de 2022: Junta de Andalucía y BOJA.

2. Naturalmente, todo esto es una hipótesis: hipotéticas son las cifras que le atribuyo al PSOE e hipotéticas son también las que les doy a PP y Vox. En estas me guío por el siguiente razonamiento: dado el planteamiento general del modelo, tendrían que obtener en él como mínimo los votos que obtuvieron en los resultados reales de las consultas (representaría el supuesto de que ni uno solo de los escaños usurpados por el PSOE les hubiera pertenecido a ellos) y el máximo lo fijaría el supuesto de que todos los escaños birlados por el PSOE hubieran sido de esos dos partidos. Lo explicaré tomando como ejemplo el caso de Andalucía. Con la variación sugerida en mi hipótesis, el PSOE habría obtenido ocho escaños menos que en las elecciones reales, por lo tanto la variación mínima posible del par PP+Vox habría sido de esos ocho escaños.