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jueves, 14 de marzo de 2024

Una hipótesis sobre el pucherazo en Madrid y Andalucía

  En mi anterior artículo, desarrollé una serie de consideraciones generales acerca de mi convicción de que en las elecciones del 23 de julio de 2023 se produjo un pucherazo a favor del PSOE, que se basaban en la, más que anómala, supermilagrosa trayectoria de caída y ascenso (como en las películas de boxeadores) que experimentó ese partido entre las eleciones de noviembre de 2019 y las ya mencionadas de julio de 2023. En este de hoy, voy a presentar un supuesto o hipótesis destinado a demostrar tres cosas: la inverosimilitud de esa trayectoria, lo muy poquito que habría hecho falta para amañar un resultado fraudulento en las elecciones que diese una ayudita al PSOE y permitiese la reedición de Frankenstein y, por último, que el fantástico salto electoral del PSOE en julio de 2023 daba votos y escaños que superaban con creces los necesarios para esa retención del poder que yo creo que se alcanzó mediante un falseamiento del verdadero veredicto de las urnas, con lo que ese poquito del que hablaba antes gozó de condiciones para quedar muy enmascarado. El supuesto se basará en un análisis de los resultados electorales de noviembre de 2019, mayo de 2023 (o junio de 2022) y julio de 2023 en las comunidades de Madrid y Andalucía (1).

    En Madrid, el voto válido (es decir, el compuesto por la suma de los votos a las candidaturas y el voto en blanco) alcanzó la cifra de 3.564.144 papeletas, mientras que en Andalucía fueron 3.686.377. La hipótesis de la que parto es que el pucherazo lo dio el PSOE apropiándose de votos por correo que, para que esto tuviera sentido y efecto, hubieran debido ir a los partidos que eran sus verdaderos rivales, esos con los que el PSOE tenía una necesidad vital de distanciarse al máximo, es decir, PP y Vox, por lo cual, voy dejar aquí unas tablitas con los votos de estas formaciones y algunos datos que se generan en ellos. 

Madrid

 

PSOE

PP

VOX

PP+Vox

Diferencia PP+Vox

vs. PSOE

Generales 2019

957.401

28’86%

10 escaños

887.474

24’9%

10 escaños

653.476

18’33%

7 escaños

1.540.950

43’23%

17 escaños

583.549

7 escaños

Autonómicas

2023

614.296

16’8%

27 escaños

1.599.186

47’32%

70 escaños

248.379

7’35%

11 escaños

1.847.565

54’67%

81 escaños

1.233.269

54 escaños

Generales 2023

993.870

27’88%

11 escaños

1.443.881

40’51%

15 escaños

499.733

14’02%

5 escaños

1.943.614

54’53%

20 escaños

949.744

9 escaños

Hipótesis generales 2023

598.776

16’8%

7 escaños

?

?


≥1.943.614

Entre 20 y 24 escaños

≥949.744

Entre 13 y 17 escaños

Andalucía

 

PSOE

PP

VOX

PP+Vox

Diferencia PP+Vox

vs. PSOE

Generales 2019

1.425.126

33’36%

25 escaños

877.202

20’53%

15 escaños

869.909

20’36%

12 escaños

1.747.111

40’89%

27 escaños

321.985

2 escaños

Autonómicas

2022

888.325

24’1%

30 escaños

1.589.272

43’11%

58 escaños

496.618

13’47%

14 escaños

2.085.890

56’58%

72 escaños

1.197.565

42 escaños

Generales 2023

1.459.264

33’48%

21 escaños

1.588.179

36’44%

25 escaños

668.279

15’33%

9 escaños

2.256.458

51’77%

34 escaños

797.194

13 escaños

Hipótesis generales 2023

888.417

24’1%

13 escaños

?

?

≥ 2.256.458

Entre 34 y 42 escaños

≥797.194

Entre 21 y 29 escaños

    Si miramos las tablas, se comprueba en ambas algo ya repetido y que es el origen de mi sospecha de que hubo alguna trampa en las elecciones de julio de 2023: que, mientras que en los registros de PP y Vox hay una coherencia de los resultados de esa elección con las de los comicios anteriores y con lo esperable por la acogida de la ciudadanía hacia esas formaciones, en los del PSOE, por el contrario, aparece ese gran salto en votos que, además de por su desmesura tan chocante, resulta muy sospechoso por el escaso margen que ha tenido para producirse y, sobre todo, por la incoherencia política, pues, como la experiencia demuestra, un subidón así solo es posible para los partidos que vienen arrollando por la ilusión y credibilidad que generan, es decir, por lo diametralmente opuesto a lo que inspiraba en julio de 2023 y sigue inspirando hoy el PSOE. Por eso, no me creo ese ascenso en los porcentajes de voto que presenta entre las dos últimas convocatorias en Andalucía (un 9'38%) y en Madrid (un 11'08%). Como al compararlos con los del PP y Vox aparecen estos más equilibrados y explicables, he hecho este experimento, cuyo resultado se refleja en la última línea de cada tabla: comprobar qué habría pasado en julio de 2023 si el PSOE hubiese repetido los porcentajes de voto de las precedentes elecciones, las autonómicas. Sería un 24'1% en Andalucía y un 16'8% en Madrid, y he de advertir que, al hacerlo, adjudico a este partido un crecimiento casi igual o incluso más favorable que el obtenido en ambas comunidades por la suma PP+Vox, con lo que el resultado que se le aplica en la simulación, aun reduciendo los porcentajes que realmente obtuvo, es ventajoso para el PSOE. 

    Con lo dicho en el párrafo anterior y lo visto en las tablas, aparte de quedar planteado el jueguecito que me he inventado, queda además cumplido el primer objetivo que formulé al principio: demostrar la inverosimilitud de la trayectoria electoral del PSOE en esas tres citas electorales, o más bien, confirmarla con datos nuevos y más precisos que los que manejé en el anterior artículo. Quiero, de todos modos, añadir un último apunte que remacharía la increíble desmesura de los resultados del PSOE. Entre junio de 2022 y julio de 2023, en Andalucía tuvo un ascenso de 570.939 votos, es decir, un 64'27% de lo obtenido en la primera de esas citas. Si nos fijamos en Madrid, la subida fue de 379.574 votos, o sea, que en solo dos meses obtuvo una mejora del 61'79%: ¿qué es más difícil, creer en el pucherazo o tragarse estos registros?

    Para el segundo objetivo, señalar lo poquito que le hubiera hecho falta al PSOE para sacar un gran provecho de un fraude electoral en julio de 2023, voy a limitarme a invitaros a hacer una reflexión que seguramente ya muchos de vosotros os habréis hecho. Volvamos a los resultados de toda España y recordemos los de las formaciones que nos interesan, basta esta vez con hacerlo en escaños. El PSOE obtuvo 121, el PP, 137 y Vox, 33. Supongamos por un momento que en realidad, en este resultado, cinco de los escaños del PSOE hubiesen sido rapiñados pucherilmente a sus dos adversarios. Esto, que no parece a simple vista uno de aquellos expolios del caciquismo decimonónico, habría tenido sin embargo un efecto demoledor, porque pensemos que, de no haberse producido, el PSOE se habría quedado con 116 votos y, por tanto, la suma PP+Vox habría pasado de sus deprimentes 170 escaños de hoy a 175, que hubieran significado la pifia de la operación Frankenstein, pues recordemos que sin duda se les habría unido el voto de UPN, que hubiera sido el 176, con lo que todo este putrefacto guiñol que estamos padeciendo desde hace casi ocho meses se habría quedado sin montar. 

    Ya sé que la realidad ha sido muy distinta, pero estoy hablando de otra cosa: mi convicción de que en julio de 2023 hubo un pucherazo, que se basa en los datos que llevamos vistos en este artículo y en el anterior y en que, a la vista de su trayectoria, de sus aliados, de los planes de Frankenstein 2 y del pozo apestoso de corrupción que se está destapando estos días, yo creo a Pedro Sánchez muy capaz de haber dado ese pucherazo. Me lo imagino en la noche del 28 al 29 de mayo de 2023, desolado por el descalabro y aterrado por la seria amenaza de ser desalojado del gobierno. Él mismo ha desvelado en alguna ocasión que esa noche pasó largas horas deliberando con sus colaboradores más directos acerca de la fecha en que se debían convocar las generales, y que fue él quien tomó la decisión de que fuera el 23 de julio, y hasta ha explicado las razones, pero me temo que no ha dicho la verdad, porque estoy demasiado acostumbrado a verle mentir. ¿Creéis probable que en algún momento acariciase la idea de hacer trampas, de buscarse algún medio ilícito para asegurarse la victoria? Yo no lo creo probable, lo creo seguro, y no porque sea un tipo suspicaz, que no lo soy, sino por motivos muy fundados y de dominio público, explicados aquí y aquí. Y, a fin de cuentas, estamos hablando del falso doctor que indultó a unos golpistas y quiere amnistiar a otros con el propósito de conservar el poder a un precio tan abyecto, una persona que ya ha dado múltiples y poderosas muestras de su nula credibilidad.

    Sucede además que el saqueo pudo ser de bastante más que cinco escaños. Si en las generales de julio de 2023 en Andalucía y Madrid el PSOE se hubiese quedado en unos números y porcentajes iguales a los de las precedentes autonómicas (que hubieran sido no ya razonables, sino incluso muy elevados para su trayectoria), su distancia con PP+Vox habría sido tan abismal que habría sufrido un derrumbe electoral de proporciones apocalípticas, es decir, eso que lleva cinco años ganándose. Con el resultado real, la diferencia en Andalucía fue de 13 escaños, pero con el del modelo, hubiera oscilado entre los 21 y los 29, mientras que en Madrid se habría pasado de los 9 reales a un mínimo de 13 y un máximo de 17 (2). Traducido: entre estas dos comunidades aportaron el 23 de julio al PP y Vox una ventaja de 22 escaños, pero, con unos resultados realistas e incluso generosos para el PSOE, aunque menos milagrosos e increíbles que los que yo impugno, la diferencia habría oscilado entre los 34 y los 46 escaños, o sea, que habrían sumado entre 182 y 196 escaños: adiós a Sánchez y sus risotadas en el Congreso para escarnecer a un rival, adiós a Frankenstein 2, adiós al triste espectáculo de la impresentable y algo más que sospechosa Francina Armengol tomándole juramento a Leonor, adiós a la amnistía para Puigdemont y sus hordas.

    Todo lo expuesto hasta aquí es una elucubración, aunque inspirada en indicios reales. Quienes crean en Pedro Sánchez, su gobierno y el PSOE pensarán sin duda que es una pérdida de tiempo o incluso un disparate, pero, con quienes hayan perdido esa confianza, podrán darse dos casos: habrá algunos que, aun con todo, tal vez entenderán que ni hubo ni fue siquiera posible un pucherazo en julio de 2023, y quizás piensen de igual modo que este artículo es un disparate (o quizás no), pero me consta que también hay quienes creen que sí que lo hubo, y no son cuatro conspiranoicos desperdigados, y a estos seguramente lo que planteo aquí no les parecerá ninguna tontería. 

    En este artículo y el anterior he explicado algunas de las razones que hacen sostenible la sospecha de pucherazo, pero para cualquiera, incluso para quienes la compartan, el siguiente paso a que empujaría la lógica sería formular esta pregunta: ¿y cómo se hizo? Esta es la gran incógnita, no solo porque representa el formidable escollo que dificultaría enormemente que un proyecto de pucherazo se convirtiese en realidad, sino además porque, para quien se pusiera a la faena, supongo que habría múltiples formas de llevarla a cabo. Mi opinión es que en este caso se hizo a través del voto por correo, por razones que ya han quedado expuestas en otros artículos, pero reconozco que podría haber diversos conductos y, dentro de estos, múltiples formas de proceder. A elucubrar sobre esto no me atrevo, ya que sería una tarea excesiva. 

1. Para este jueguecito que me he inventado, basta -y hasta sobra- con dos comunidades. Descarto Cataluña porque ahí no hubo autonómicas en 2023 y me he decidido por Andalucía y Madrid porque son las que recibieron más voto por correo y las que presentan resultados más abismales en la estrambótica trayectoria electoral del PSOE a lo largo de esas tres convocatorias. Los datos de resultados los saco de las siguientes fuentes:

-Para las generales de 2019 y 2023, tanto para Andalucía como para Madrid: El Mundo.

-Para las autonómicas de Madrid de 2023: Asamblea de Madrid.

-Para las autonómicas de Andalucía, que se celebraron en junio de 2022: Junta de Andalucía y BOJA.

2. Naturalmente, todo esto es una hipótesis: hipotéticas son las cifras que le atribuyo al PSOE e hipotéticas son también las que les doy a PP y Vox. En estas me guío por el siguiente razonamiento: dado el planteamiento general del modelo, tendrían que obtener en él como mínimo los votos que obtuvieron en los resultados reales de las consultas (representaría el supuesto de que ni uno solo de los escaños usurpados por el PSOE les hubiera pertenecido a ellos) y el máximo lo fijaría el supuesto de que todos los escaños birlados por el PSOE hubieran sido de esos dos partidos. Lo explicaré tomando como ejemplo el caso de Andalucía. Con la variación sugerida en mi hipótesis, el PSOE habría obtenido ocho escaños menos que en las elecciones reales, por lo tanto la variación máxima posible del par PP+Vox habría sido de esos ocho escaños.

domingo, 10 de marzo de 2024

Por qué estoy convencido de que el 23 de julio de 2023 hubo un pucherazo

     Quizás algunos recordéis que el 13 de julio del año pasado publiqué un artículo en el que mostraba mi inquietud por el hecho de que Pedro Sánchez, después del severo correctivo sufrido por el PSOE en las elecciones autonómicas del 28 de mayo, se hubiese apresurado a adelantar las generales al 23 de julio, una fecha que pillaba a media España fuera de casa, y no ocultaba mi temor de que el personaje que ocupa la presidencia del Gobierno maquinase alguna trampa e incluso albergase la intención de intentar un pucherazo, temor cuyas razones exponía en el artículo. Retomé este asunto en otro del 29 de agosto, en el que añadía algún matiz nuevo, cosa que voy a volver a hacer hoy, pues no solo sigo convencido de que las elecciones de julio de 2023 no fueron limpias, sino que además esta convicción se ha reforzado a la vista de las informaciones que han ido saliendo en los últimos días y que siguen fluyendo y aumentado con generosidad, las cuales nos muestran la falta de límites que es capaz de alcanzar el PSOE de Sánchez en materia de corrupción: quienes son capaces -entre innumerables abusos más- de aberraciones como todo ese aluvión que está saliendo tras tirar del hilo de Koldo García, o de esa barra libre para delincuentes que es la amnistía a Puigdemont, o de hacer presidenta del Congreso a Francina Armengol pueden muy bien dar un pucherazo electoral.

    Hace unos días me entretuve en elaborar una tabla con el voto por correo registrado en todas las comunidades autónomas y los resultados en ellas de las fuerzas políticas nacionales más relevantes. Como completo resulta un poco largo, os voy a dejar aquí solo lo referente al conjunto del territorio nacional y a Madrid, Andalucía (que celebró sus autonómicas el junio de 2022, pero, a los efectos de este artículo, esto no tiene ninguna influencia), Valencia y Cataluña, que son las comunidades que registraron más voto por correo, pues ya solo con estas se podrán sacar conclusiones muy significativas. En el eje de ordenadas figuran los territorios, acompañados de una cifra, que es la cantidad de votos por correo que hubo en cada uno de ellos en julio de 2023. En las cuadrículas hay tres cantidades, la primera de las cuales refleja los votos obtenidos por la formación que corresponda en el territorio indicado en las generales de noviembre de 2019; la segunda, en las autonómicas de mayo de 2023 y la tercera, en las generales de julio de 2023. Así quedó todo:

 

PSOE

PP

C’S

VOX

PODE-

MIA

España

2.471.935

6.792.199

6.288.907

7.760.970

5.047.040

7.046.634

8.091.840

1.650.318

--

--

3.656.979

1.608.187

3.033.744

3119.364

--

3.014.006

Madrid

592.241

948.751

614.296

993.870

879.667

1.599.186

1.443.881

319.310

52.925

--

647.924

248.379

499.733

459.030

783.633

550.389

Andalucía

377.678

1.419.826

888.3255

1.459.264

874.080

1.589.272

1.588.179

344.218

121.567

--

867.334

496.618

668.279

555.787

452.987

520.826

Valencia

170.518

697.596

691.715

845.159

583.121

863.043

918.415

195.374

--

--

467.019

302.885

412.027

512.862

349.096

399.405

Cataluña

251.324

794.666

--

1.213.006

287.714

--

469.117

217.935

--

--

243.640

--

273.023

549.173

--

493.548

    Aunque los datos son muy claros y por tanto cada uno podrá sacar sin dificultad sus propias conclusiones, voy a dejaros las que yo considero más importantes. 

    En primer lugar, os señalo el bajón que dio el PP en Madrid entre mayo de 2023 y julio del mismo año: 155.305 votos, un fenómeno que yo creo que hay que atribuir casi en exclusiva a la diferencia de tirón entre Ayuso y Feijoo, pero esto es una mera curiosidad y será lo único que comente en torno al PP en particular. 

    En segundo lugar, dejando a un lado el ya conocido dato de que el voto por correo de julio de 2023 fue con enorme diferencia mucho más alto que en otras elecciones, quiero llamar la atención sobre la gran distancia que ese voto alcanzó en Madrid con respecto a otras comunidades: un 63% más que el de Andalucía y más del doble del catalán, y eso que ambas comunidades están más pobladas que la madrileña. Y el valenciano lo multiplica por más de tres, ¡qué bien sabía quien puso las elecciones a finales de julio a qué comunidad iba a afectar más eso del voto por correo: justamente a la que ya lleva varios procesos electorales cavándole la tumba al PSOE! 

    En tercer lugar, llama la atención que el PSOE, a pesar del inevitable desgaste del poder, a pesar de lo impopular y errado (cuando no desastroso) de sus políticas, a pesar de la discordia sembrada por bastantes de sus líderes y a pesar de que Sánchez es tan odiado en todo el país que apenas puede pisar la calle... ¡sube considerablemente en todos los territorios los votos que obtiene entre las generales de 2019 y las de 2023! Esto ya resulta bastante inexplicable, pero lo será todavía más si nos fijamos en los lugares en los que se celebraron también las autonómicas de mayo de 2023, todos los aquí presentados salvo Cataluña. En los cuatro se produce el movimiento lógico y yo diría que inevitable en las circunstancias ya descritas: un bajón del PSOE fruto del castigo del electorado a sus atropellos y disparates, en algunos casos muy fuerte, como en Madrid o Andalucía, donde el correctivo es brutal. ¿Cómo se explica que solo dos meses después el ascenso sea tan enorme que se llegue incluso a superar el número de votos de aquellas elecciones de 2019? ¿Acaso el PSOE se volvió virtuoso en cincuenta y seis días? NO. ¿Fue el resultado de la buena campaña del PSOE? Tampoco, porque empieza por no ser tan buena, pues se basó sobre todo en falsas promesas (en las que ya solo creen los muy convencidos) o en descalificaciones a los adversarios, que, en todo caso, pudieron servir para restarles votos a estos, cosa que además no está nada clara, pero no para aumentar los del PSOE, y no olvidemos que Sánchez no ganó ninguno de los debates en los que intervino. ¿O fue quizás el rédito de las malas campañas de Vox y el PP? Pienso que esto sobre todo les perjudicó a ellos, pero nada garantiza que beneficiase al PSOE, y por otra parte no olvidemos que, si bien Vox bajó mucho, el PP subió muchísimo, tanto que ganó las elecciones, aunque Pedro Sánchez no se diese por enterado. 

    Admito que de todas estas cosas tal vez sacó el PSOE algún beneficio, pero es que lo suyo no fue "algún beneficio" sino un subidón tremendamente alto, tan alto que es inexplicable. O quizás algo más que inexplicable, como creo que puede demostrarse si nos paramos a analizar un poco sus  resultados en el conjunto de la nación. Entre noviembre de 2019 y julio de 2023, el deplorable PSOE de Pedro Sánchez ni pierde votos por el desgaste -como era lo esperable- ni se queda como estaba ni gana un testimonial puñado de papeletas, sino que obtiene un incremento de 968.771 votos, o sea, un 14'26% se dice pronto, solo un milagro haría esto creíble. Pero sucede que aún podemos rizar el rizo, porque, si comparamos los votos que el PSOE obtuvo en mayo de 2023 con los que obtuvo en julio de ese mismo año, nos sale que este partido impopular, mentiroso, errático, sometido a los aliados más abominables e incompetente al máximo, EN SOLO DOS MESES, ¡aumentó su resultado en 1.472.063 votos (1), es decir, un 23'4%! 

    Esto no es ya un milagro, sino un supermilagro. ¿Vosotros creéis en los milagros? Yo, no, y menos aún, en los supermilagros. Y si hay alguien en quien no creo, es en Pedro Sánchez, cosa que no es necesario razonar, ni en sus esbirros del PSOE ni en sus aliados políticos ni en los medios y comunicadores que militan a su servicio, algunos, con una vileza y una sumisión sonrojantes, produce arcadas verlos estos días intentando tapar las vergüenzas kolderas o vender la amnistía como algo diametralmente opuesto a la vil traición a las leyes, a la  nación y a la mera decencia que es (2). 

    Y como no creo en estos, ni en milagros, ni en supermilagros, estoy convencido de que el 23 de julio de 2023 hubo un pucherazo en las elecciones. Esta me parece una de esas ocasiones en las que la explicación más fácil es la que lleva a la verdad.

1. Se puede muy razonablemente objetar que esta operación está realizada de una manera asimétrica y suministra por lo tanto una información inexacta, pues, mientras que en las elecciones generales de julio aportaron votos todas las comunidades (y Ceuta y Melilla, que no he incluido en la tabla general de la que saco este artículo, reconozco que en parte por no alargarla demasiado con datos no muy relevantes y en parte por pereza, aunque debiera haberlo hecho), en las autonómicas de mayo hubo cuatro que no participaron y, por tanto, al no aportar sus votos a la tabla, desvirtúan el balance entre ambos procesos. Esto es innegable, pero es de una importancia menor, por razones que explico a continuación. En primer lugar, de los 1.472.063 votos de diferencia que hay entre ambos procesos, 1.313.138 los aportan doce de las trece comunidades que tuvieron elecciones autonómicas en mayo, lo que significa que la diferencia que queda tras hacer esta precisión, 158.925 votos, sin ser pequeña, tampoco es tan grande como para desmentir el hecho principal: que hay un sorprendente aumento del voto al PSOE en apenas dos meses. Con la nueva cifra, la diferencia porcentual sería del 20'88% y la verdad es que no tengo claro si no es todavía más contundente que la anterior, teniendo en cuenta que la suministran entre solo doce comunidades. La que queda por comentar aquí es Castilla La Mancha, la cual es la única en que el PSOE bajó entre mayo y julio de 2023, y lo hizo en 100.537 votos, no pocos, lo cual me temo que tiene mucho que ver con la postura cada vez más crítica de don Emiliano García Page frente al sanchismo. En segundo lugar, podríamos hacernos esta pregunta: ¿cuál es el balance entre mayo y julio de 2023 en esas trece comunidades que participaron en ambas convocatorias? La respuesta es esta: el PSOE obtuvo 4.090.807 votos en las autonómicas y 5.303.108 en las posteriores generales, lo que representa un aumento de 1.212.301 votos, es decir, un 22'86% de incremento. Se mire por donde se mire, todo apunta hacia un anómalo crecimiento del voto del PSOE entre ambas convocatorias.

2. Estos dos artículos de UTBH reúnen una buena antología de conductas rastreras: UTBH1. UTBH2.