Se me acumulan el trabajo y los proyectos pendientes y voy dejando que el tiempo pase y pase sin resolver nada; parezco un chico de la ESO, pero soy algo peor...: ¡un profe de la ESO! Aprovechando que mi amiga Patricia sí hace sus deberes y nos ha dado cuenta en su blog de que a Ariadna G. García le han concedido el premio de poesía Miguel Hernández de 2013, junto con este enlace que os facilito para que oigáis a la propia Ariadna hablando de su poesía y recitándola (¿quién mejor que ella?), voy de una vez por todas a cumplir el propósito que me había hecho de dedicarle un artículo, aunque no es la primera vez que la menciono aquí.
De entre las muchas virtudes que tiene la poesía de Ariadna, a quien felicito por este premio (que no es el primero, cosa que uno se explica en cuanto lee sus versos) me gustan sobre todo dos cosas: la fuerza expresiva y la brillantez y audacia de sus imágenes. En lugar de enrollarme para explicároslo hasta conseguir que os durmáis, voy a dejar de nuevo que sea ella misma quien se exprese a través de sus poemas.
Su libro Napalm. Cortometraje poético, al cual ella suele calificar como un libro combativo, comienza con estos versos:
Te quedarás en casacomo todos los viernes,
barnizando
tu estante personal del desaliento.
Anima a seguir, ¿verdad? Os dejo ahora un fragmento del poema titulado Imán:
La tarde lentamente va llegando
allí donde termina el tobogán,
mientras cuento uno a uno
los gajos de ternura que me llevo a la boca.
La hostilidad del mundo,
las hélices de plomo
que cortaban el vuelo
a todos nuestros globos y cometas,
vive fuera del cuarto.
En el cuarto,
nuestro amor siembra puertos
donde las naves tienen corazones atados a los puños,
y los mapas revelan
la duda de las norias,
y las brújulas huelen
el resplandor del humo,
y los sueños desbordan los bolsillos
cada vez que se zarpa.
En lo que se refiere a a su libro titulado Apátrida, la propia autora manifiesta el haber buscado en él un tono más sosegado y el ejemplo de los clásicos. No obstante, cualquiera que lo lea podrá encontrar en él también episodios que reflejan sentimientos apasionados. De los cuatro cantos de este libro, el tercero está organizado como una alternancia en las voces del Agua y el Cristal. Termino este artículo con los versos que inician este canto:
EL AGUANo dejes que me acerque
ni un segundo a tu boca
con palabras de heno;
pétalos hechos de ruido
con los que conquistar
el túnel de tu risa.
Apártame.
Déjame en la cuneta de tu asombro.
¿No escuchas lo que digo?
Mariposa inocente,
ardió la primavera entre tus alas.
Ahora observa. Mira
mi corazón, pomelo de epidermis
abierto con tijeras,
cómo gotea luz
en el pozo sin fondo de tus ojos.
Hola Guachimán:
ResponderEliminarMagnífica entrada que me permite conocer a Ariadna G. García, gran poeta, cuya obra estará en boca y en el corazón de quienes la descubran y hagan suya.
Saludos afectuosos.
María Eugenia, el blog de Ariadna se llama "El rompehielos" y tienes un enlace con él en mi artículo "Los refugios de la poesía", que está enlazado en este. Allí puedes encontrar más poemas de Ariadna, que es, además de la excelente poetisa que vemos, una chica muy agradable. Aprovecho para agradecerte tu último artículo, el de Jaime Labastida; no me cansaré de decirte que los españoles vamos a tener que ir a México no solo por Cancún y las ruinas Aztecas, sino también para tomar unas cuantas lecciones de valoración de nuestra lengua. Un saludo igualmente afectuoso.
EliminarMe ha gustado muchísimo, querido Guachimán. Ha sido un descubrimiento para mí. Te lo agradezco, compañero.
ResponderEliminarBesos.
Me alegro mucho de que te haya gustado, Lola. Los libros de Ariadna están publicados en Hiperión, y además no son muy caros, seguro que te gustarían. Si un día te pasas por el centro, la librería Hiperión está en la calle Salustiano Olózaga, que va de la Puerta de Alcalá a la Castellana. ¿Por qué te doy estos consejos tan peregrinos? Pues porque a lo mejor te merece la pena visitar esta auténtica institución de la poesía española antes de que la cierren, si no la han cerrado ya. Hace dos o tres meses estuve allí y me comentaba la dueña que la crisis y otras cuestiones les habían hecho mucho daño; espero que les hayan mejorado las cosas, pero ya podemos imaginar cómo pueden andarle a la poesía, con los tiempos que corren por aquí. Otra cosa: Ariadna es colega, quién sabe, a lo mejor un día cae por tu instituto. Un beso.
ResponderEliminarHiperión tiene una librería propia y yo sin saberlo. Y tal como están las cosas parece que ya no la conoceré. Qué tiempos loa que yo buscaba los libros de Hiperión en París-Valencia. En cuanto a Ariadna buscaré su poesía en cuanto me deje un momento de tranquilidad la dichosa Historiografía del Arte.
ResponderEliminarBueno, Hesperetusa, quizás no estén las cosas tan dramáticas como las estoy pintando y tenga la oportunidad de llevarte a Hiperión si vienes por Madrid. En cuanto a los poemas de Ariadna, lo dicho: además de las librerías, también está su propio blog. Un saludo.
ResponderEliminarMil gracias por el artículo, Pablo, y por la difusión de mi modesta obra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ariadna
De nada, Ariadna, un placer. Me gusta mucho tu poesía. Otro abrazo para ti.
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